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Desde marzo de 2016 se ha producido en Cataluña un aumento inusual del número de pacientes pediátricos con enfermedad neurológica aguda asociada a enterovirus.
Aunque en febrero, se produjo un primer caso con afectación grave del sistema nervioso central, en una niña de 2 años que presentó una polirradiculoneuritis, con parálisis flácida y secuelas importantes (tetraplejia), no se ha incluido dentro de este brote ya que el subtipo de enterovirus identificado (EV-D68) no se ha detectado en ninguno de los casos posteriores.
A partir de finales de marzo empezaron a diagnosticarse pacientes con cuadros clínicos de rombencefalitis, cuya presentación clínica más habitual ha sido en forma de ataxia, mioclonias y somnolencia en el contexto de un cuadro clínico de fiebre, infección respiratoria, gastrointestinal o exantema cutáneo compatible con enterovirus. A fecha de 26 de mayo se han notificado 60 casos, la mayoría con evolución favorable. En todos estos casos se ha descartado la presencia de EV-D68. La baja carga viral de enterovirus presente en las muestras clínicas de todos estos pacientes ha dificultado la identificación del subtipo, aunque los primeros resultados indican que la mayoría corresponden a la especie A, y alguno ya ha sido caracterizado como EV-A71.
Los enterovirus son virus RNA, de la familia Picornaviridae, de los que se conocen más de 100 serotipos y que actualmente se clasifican en 4 especies (A, B, C, D). En climas templados, los enterovirus tienen un patrón estacional con un incremento durante el verano y otoño, existiendo transmisión durante todo el año en zonas tropicales y sub-tropicales. Su distribución es universal y es uno de los agentes etiológicos más frecuentes de infección en el niño.
La infección cursa de forma asintomática en muchos casos, y la mayoría de cuadros clínicos son leves en forma de síntomas respiratorios de vías altas, faringitis, estomatitis, exantema, enfermedad boca-mano-pie y conjuntivitis. En algunos casos pueden presentar complicaciones, con afectación respiratoria grave, miopericarditis, miositis y alteraciones neurológicas (meningitis aséptica, encefalitis, parálisis flácida aguda).
En el 90% de los casos los enterovirus se encuentran en la faringe durante la primera semana desde el inicio de los síntomas y en las heces hasta dos semanas después. El virus además puede sobrevivir en superficies lo que permite la transmisión a través de fómites.
No existe tratamiento específico ni vacuna, por lo que las medidas para controlar la infección y los brotes se basan fundamentalmente en evitar la transmisión respiratoria y fecal-oral mediante la higiene frecuente de manos, cubrirse la boca al toser o estornudar y evitar el contacto cercano con personas enfermas.
Cada año se describen brotes en diferentes países del mundo. Desde 2009 el EV-D68 se reconoce como un patógeno emergente en todo el mundo. En 2014 y 2015, los Estados Unidos y Canadá notificaron un aumento significativo de casos asociados a EV-D68 con enfermedad respiratoria grave, en especial en niños asmáticos y con complicaciones neurológicas en forma de parálisis flácida. En Europa también se han descrito casos, en especial en Holanda y Francia.
En el Sudeste asiático, desde finales de los años 90 diversos países han tenido epidemias importantes causadas por EV-A71 en forma de enfermedad boca-mano-pie, con una alta incidencia de afectación neurológica grave y edema pulmonar. Existe una importante variabilidad en la tasa de letalidad entre los distintos brotes, posiblemente relacionada con las diferencias en el potencial patogénico entre los distintos genogrupos del EV-A71. Este serotipo se caracteriza por su potencial de causar complicaciones neurológicas incluyendo meningitis, rombencefalitis, parálisis flácida y edema pulmonar de origen neurogénico, fundamentalmente en niños menores de 5 años. En nuestro país, el EV-A71 ha sido un serotipo infrecuente, asociado sobre todo a síndromes febriles. Desde el 2012, la incidencia de síndrome febril y enfermedad boca-mano-pie por este subtipo está en aumento, pero hasta el momento no había ocasionado patología neurológica grave.
En España la enfermedad por enterovirus no es de declaración obligatoria y los únicos datos de los que se dispone a nivel nacional son los procedentes del sistema de vigilancia de la Parálisis Flácida Aguda (PFA) (vigilancia de casos compatibles con polio en menores de 15 años). En el periodo 2001-2014 el porcentaje anual de casos de PFA en los que se identificó un enterovirus no-polio osciló entre el 0% y el 11,9%. En el año 2015 se identificó el primer EV-D68 en un caso notificado de parálisis flácida aguda.
La Subdirección de Vigilancia y Respuesta a Emergencias de Salud Pública (SGVRESP) de Cataluña ha puesto en marcha un programa de vigilancia epidemiológica activa que permita conocer la extensión del brote, su caracterización y establecer las medidas adecuadas de prevención.